Programa Bienestar

Programa Bienestar

Bienestar es el estado en el que nos encontramos cuando estamos a gusto con nosotros mismos y con los demás, manteniendo una consonancia con quiénes somos, lo que hacemos y lo que pensamos.

Depende de muchos factores, tales como, la autoestima, el manejo adecuado de nuestras emociones, poseer buenas relaciones sociales, tener metas e ir alcanzándolas, mantener una consonancia entre quiénes somos, qué hacemos y qué pensamos, las estrategias para afrontar el día a día y los obstáculos, así como de nuestra capacidad.

 

Nuestros hijos, están en pleno desarrollo de su personalidad, de quiénes son y por tanto de quiénes serán; y su futuro éxito o fracaso en la vida, dependerá en gran medida de su estado de equilibrio, de bienestar. SI nuestros hijos no se encuentran bien, todos los contextos de alrededor (familiar, social y escolar) se verán afectados negativamente.

 

¿Cómo sé si mi hijo/a presenta dificultades a nivel personal?

Estas dificultades pueden comenzar a dar señales en la etapa infantil, en la niñez, en la pre-adolescencia y en la adolescencia. Los desencadenantes pueden ser varios, tanto contextuales: un nuevo hermanito/a, cambio de residencia, cambio de colegio o instituto, discusión con amistades, separación o divorcio,…; pero también personales: falta de habilidades sociales, falta de interiorización de normas, baja tolerancia a la frustración, baja autoestima, bajo autoconcepto, agresividad con uno mismo o con los demás, ansiedad, miedos, etc…

 

No obstante, tanto los desencadenantes contextuales como personales acaban afectando al resto de áreas: familiar, escolar, personal y social, provocando sufrimiento en uno mismo y en los demás.

 

Indicadores para saber si le pasa algo a nuestro hijo son los siguientes:

  • Falta de sueño o de apetito
  • Irascibilidad
  • Tiende a hacer una montaña de un grano de arena
  • Está continuamente nervioso o ansioso
  • Presenta somatizaciones (dolores de cabeza frecuente, naúseas, vómitos sin causa médica aparente)
  • Se muestra agresivo (pega, insulta)
  • SI no sale de casa o comenta que no quiere salir
  • Se encierra en la habitación sin relacionarse con los demás.
  • Está apático o desmotivado sin ganas de hacer nada
  • SI llora de manera frecuente
  • SI tiene rabietas frecuentes
  • No quiere ir al colegio o al instituto
  • Se hace daño a sí mismo (se golpea)
  • Se bloquea frecuentemente ante la evaluación de los demás
  • SI presenta timidez extrema

 

Una detección temprana y una intervención a tiempo previenen problemas graves en el futuro, evitando así el desarrollo de una patología grave.

 

 

¿Cuáles podrían ser estas dificultades?

  • Problemas de conducta: Podemos encontrarnos que nuestros hijos comienzan a llevar a cabo conductas desafiantes, que no nos hacen caso, que nos llevan la contraria, rompen las normas, mienten y se comportan de manera más agresiva de lo habitual, llegando a ser excesivo en algunas ocasiones. Este tipo de problema afecta en muchos ámbitos al adolescente: a nivel social afecta en cuanto a que esos comportamientos le llevan a relacionarse con personas que llevan a cabo conductas similares, perder amistades que ya tenían o, incluso, perder su vida social por no poder controlar su conducta; a nivel familiar afecta ya que hay más discusiones, mentiras y peleas que hacen que se deteriore la relación padres-hijo; a nivel escolar influye en lo que respecta a la relación con los compañeros y profesores, no atender en clase, no hacer los ejercicios, no estudiar y, a fin de cuentas, no rendir en el colegio. Por último, a nivel personal nos encontramos con una dificultad a la hora de comunicarse con el resto de personas, ya que su conducta se lo pone muy difícil.

 

  • Trastornos de la alimentación: Se trata de problemas muy comunes entre los adolescentes, ya que les afecta mucho la opinión de los demás, tratan de parecerse a personas que admiran, su cuerpo está experimentando ciertos cambios que hacen que no se sientan cómodos con su aspecto físico…es por eso que podemos encontrarnos con trastornos tales como anorexia o bulimia que tienen mucha importancia y pueden afectar a la vida del adolescente de múltiples maneras: a nivel personal, en cuanto a que no se sienten cómodos con su aspecto físico, tienen una percepción distorsionada de sí mismos y eso hace que tengan sentimientos muy negativos; a nivel social, en cuanto a que el centro de su atención es la alimentación y su aspecto físico, por lo que las relaciones sociales se deterioran pudiendo llegar a desaparecer; lo mismo ocurre a nivel escolar, los estudios pasan a un segundo plano en el que lo que más importa es el aspecto físico; y a nivel familiar afecta ya que puede provocar discusiones constantes y un sentimiento de incomprensión en el adolescente por parte de su familia, lo que le lleva a despegarse de ellos.

 

  • Ansiedad y fobia social: Cuando los adolescentes entran en el instituto, empiezan a tener que hacer trabajos en grupo y exposiciones delante de sus compañeros, cosa que puede provocar mucha ansiedad. Hay casos en los que esa ansiedad les lleva a retraerse y evitar cualquier situación social por miedo a una evaluación negativa por parte del resto de personas, lo que lleva a un deterioro en lo personal, ya que se crea un sentimiento de miedo, inseguridad y se sienten incapaces de salir adelante en situaciones sociales; a nivel social, puesto que no se relacionan con otras personas por si “son evaluadas” de forma negativa, de tal manera que no se producirá dicha evaluación si no se enfrentan a ella; a nivel escolar habrá deterioro en cuanto a que no realizarán trabajos en grupo ni nada relacionado con hablar en público; y a nivel familiar afectará ya que son personas retraídas que evitan cualquier contacto con otra persona de su alrededor.

 

  • Depresión: La adolescencia es una etapa muy intensa, en la que se viven las emociones con más fuerza de la que tienen en realidad y esto puede llevar al adolescente a magnificar sus sentimientos, haciendo que puedan caer en una depresión. En estos casos se ve afectada tanto la vida social del adolescente, como su vida familiar y escolar, ya que comienza a analizar de forma negativa todo su alrededor, creando un círculo negativo del que tenemos que ayudarle a salir, porque puede comprometer su vida social al distanciarse de su círculo de amigos, su vida escolar ya que se distancia también de los estudios por ese sentimiento de inferioridad que se crea en sí mismo, así como su vida personal en cuanto a su autoestima y su percepción que tiene de sí mismo.

 

  • Bullying o maltrato entre iguales y Ciberbullying: El maltrato entre iguales se da con mayor frecuencia tanto en los dos últimos ciclos de primaria como en la secundaria. En ocasiones se muestra a través de agresiones e insultos, pero éstos no son el único tipo de maltrato existente entre iguales. El mal uso de las nuevas tecnologías por parte de los menores agrava el problema convirtiendo la situación de maltrato en una situación permanente que traspasa los muros y alrededores del colegio/instituto adentrándose en las paredes del propio hogar.

 

 

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/a?

Desde Personaliza os proponemos nuestro Programa Bienestar el cual está centrado en la detección de estas dificultades, la intervención sobre las mismas y la prevención de futuros problemas y patologías.

 

En primer lugar, tendremos una primera sesión informativa en la que, como padres, podréis explicar la situación en que se encuentra vuestro hijo/a, qué os preocupa, qué os han indicado en el centro escolar y qué queréis conseguir en nuestro centro. Tras esto y a razón de los primeros indicios, llevaremos a cabo una evaluación completa de las diferentes áreas de desarrollo del menor a través de una entrevista inicial y pruebas estandarizadas que nos permitirán acercarnos a sus dificultades y emitir una hipótesis sobre lo que está ocurriendo.

 

Analizamos de forma particular cada caso para establecer unos objetivos de trabajo adecuados a cada problemática, estableciendo una dinámica de trabajo basada en técnicas psicológicas que ayuden al niño o adolescente a progresar. Elaboramos así un Plan de Desarrollo Personal totalmente individualizado que contempla cuatro áreas de intervención: personal, familiar, escolar y social.

 

  • El trabajo a nivel personal orienta al niño o adolescente en función de sus dificultades partiendo siempre de las fortalezas. Trabajamos con un modelo integrador que permite alcanzar los objetivos de la manera más eficaz.

 

  • A nivel familiar, focalizamos principalmente nuestras acciones en la mejora de la comunicación padres-hijos-hermanos.Aprender a comprender y ponerme en el lugar del otro, la instauración de hábitos, rutinas y límites en el hogar y aprender a responsabilizarnos de nuestros actos.

 

  • A nivel escolar, concretizamos los aspectos o conductas que están dificultando o interfiriendo en él, nos coordinamos con la directiva, tutores y departamento de orientación de sus centros escolares para establecer objetivos y un plan de estratégico individualizado.

 

  • Por último, a nivel social, trabajamos cómo son y cómo deberían ser las relaciones entre los iguales, cómo relacionarnos con los demás a través de una comunicación asertiva y cómo entablar amistades poniendo los límites adecuados para no dejarnos llevar por los otros.

 

Los objetivos del programa son revisados mes a mes para comprobar los avances, lo que será comunicado a los padres y centro educativo para que el trabajo con el niño o adolescente sea integral. Nuestro mayor reto es alcanzar los objetivos del Plan de Desarrollo Personal y que éstos se mantengan en el tiempo de manera que los niños y adolescentes acaben siendo autónomos una vez concluyamos el programa y sean capaces de afrontar los obstáculos de su día a día.

 

La verdadera recompensa al esfuerzo y trabajo de nuestros profesionales es la independencia y éxito de nuestros clientes a nivel personal, familiar, escolar y social. En definitiva, lograr el bienestar individual del menor.